Coloquiales, De Raymond Queneau, Pastiche, Sin categoría

118- Historia de miedo*

Vaya, qué de niebla. Podría venir alguien y no lo veríamos hasta tenerlo encima. Bueno, ahora con esta luz vacilante de las brasas del hogar, ¿no os parece que es el ambiente ideal para contar una historia de miedo? Me viene a la cabeza una cosa que me contó un buen amigo que ya no está entre nosotros. Precisamente el mismo que me trajo a Lleida era una víspera de Todos los Santos. En estas tierras, cuando se posa la niebla a principios de noviembre, siempre muere gente de forma increíble. Nunca se descubre al asesino, solo si este se ahorca o se lanza al Segre con el remordimiento atado a sus pies. La gente dice que los asesinos siempre muestran unas marcas rojizas en el cuerpo, como estigmas, que recuerdan a palabras.

Sin embargo, ese amigo me contó su teoría. Hace unos cuantos años, tampoco tantos, vivía en el barrio de L’Escorxador (en catalán, Matadero, se veía a venir algo así, ¿verdad?) un joven vanidoso que se dedicaba a escribir para encontrar trabajo. Escribía siempre lo mismo, pero adaptándose a distintos estilos porque creía que solo con su habilidad podría conseguir trabajo. Se llamaba Oscar Arenas. Pronto empezó a probar cosas nuevas, en su locura incipiente, escribiendo textos incomprensibles que parecían salidos de la boca del mismísimo diablo. Al poco tiempo se cansó de escribir en las mismas cuartillas grisáceas. Trató de hacerlo en otros lugares. Y aprendió a picar piedra, a escribir con tinta china y a tatuar piel humana.

Su obsesión era convertir sus palabras y sus ideas en conjuros que sometieran a cualquiera su poder. Por eso había estado un año estudiando y trabajando día y noche para comprender los secretos de la manipulación de la mente. Alcanzó un dominio de la psicología y la creatividad que convertía sus argumentos en órdenes. Sus  amigos y sus familiares se habrían librado de él si hubieran tenido libre albedrío, pues ya era temible antes de que sucedieran nada. Un día, después de haberlo hecho incansablemente a lo largo de 118 cartas, se cansó de pedir trabajo y empezó a imaginar formas distintas de matar, adaptándose a cada víctima, a cada lugar. Aunque fuera un asesino, quería seguir escribiendo y a veces marcaba a sus víctimas. Fundió tipos anunciando la muerte del maestro de la imprenta local, moldeó las palabras de agonía del alfarero, hasta diagnosticó la muerte del médico. Las palabras siempre pierden a la gente. A Oscar también. Fue descubierto y encarcelado. Se convirtió en el tatuador de los presos, con unos diseños nada carcelarios, que parecían escritos en un alfabeto inventado dictado por el mal.

Tradicionalmente, el Día de Todos los Santos se amnistiaba un reo. Y desde que Oscar entró en prisión, esa fecha se convirtió en sinónimo de una nueva muerte, pues volvía a cometerse un crimen retorcido, complejo y siempre distinto, cómo los de Oscar. Pero las palabras, la marca, la firma ya no aparecían. A veces, después de los crímenes aparecían  expresidiarios ahorcados, que parecía que no soportaban su recién estranada libertad. Algunos mostraban marcas rojizas en el cuerpo, similares a palabras pero, ¿en qué lengua? Con los años, los asesinos dejaron de ser presos, pero sus crímenes siguieron coincidiendo con el Día de Todos los Santos. A menudo, cualquier sarpullido, cualquier marca supurante, se interpretaba como la instrucciones para matar enviadas  a través de un tatuaje espectral por aquel preso legendario, que ya nadie recordaba había existido de verdad.

Lo curioso del caso es que si aún buscas en la prensa, puedes encontrar referencias a esas marcas en los cuerpos de algunos asesinos y a todos los asesinatos rocambolescos de Todos los Santos. Y… ¿Esto que tengo aquí en la mano? No, nada, antes me he apuntado un par de recados en boli rojo, una cosa que os quería preguntar. ¿Cómo os gustaría morir, por cierto?

*Para celebrar estos días de fiesta que tenemos por delante, me agarro al lado lúgubre de las celebraciones: las historias de muertos que andan sobre la tierra, mezclándolas con el ya omnipresente Halloween.

 

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117- Glíglico*

¡Abúria!

Me llamo Oscar Arenas Larios y soy trellente de remúrcicos. Me hallo rafrando trabajo en una esprímia de lomoplástia y para ello he escrito ciento diecisiete alevatradas de vitorbación. Y no dejaré de reescribiendo mis aletravadas, de forma retormunda cada día hasta llegar a las 365 para vedesar mi orfelunia para ensiclar alevos retormundos.

Sobre mí te puedo miflear que me horceé en lomoplástia en 2012, que estoy terminando un quilómego y que tengo más de un año de terfumea en una esrímia multinacional. Puede que fedees que soy demasiado pezico pero precisamente por eso mis ramuertas de contraremurciar y mi estemolia pueden hifralgar perfectamente la falta de terfumea que muchos me encigrean.

Si me avozias, podemos viscerar las remúrcicas que ya he hecho. Sin embargo, al final lo que jefea es si seré sotral de hacer las que tú me graminees. ¿Por qué no me gligliceas un alevo retormundo en el que trellear esta misma alevatrada postúrgia?

*El glíglico es un lenguaje imaginario usado por Julio Cortazar en el capítulo 68 de su obra maestra Rayuela. Cumple todas las normas gramaticales y sintácticas del español pero incluye palabras inventadas, creando la nada menospreciable impresión de que existe un sentido tras el aparente caos.

Una propuesta de Rossalba Martínez

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116- Mendigo del Este*

Sinior, siniora…

Por favor, perdone di molestias, soy Oscar Arenas redactor creativho.

E pido una ayuda cada dia dil año, para trabajar en tuya agensia di publicidad. Solo quero tener uno trabajo normalo pero soy joven, e escribo cien dieciseis veces e pode seguir haciendo cartas tudo el año pero nadie da trabajo con crisis.

A persona que no me crea, tengo una paghina web qui pode ver e mi book, qui tengo aquí. Porque es triste di pedir trabajo tenendo estudios, pero más triste es robar, si pode trabajar… porque ya he trabajado antes.

Me adapto a trabajo qui se pueda escribir, tengo ganas. Pero por favor, qui sueldo sea digno, no tengo hijos, pero me gustaría di tenerlos e de mantenerlos. No quero caridad, quero qui valores mi talento e descubrir qui hay gente bona en esta ciudada.

Si no pode ayudarme, pode disirme como pedir más ayuda. Por favor sinior, siniora, que Dios les bendiga.

*Hoy este asterisco quizá es más importante que otros días. No me niego a realizar ninguna propuesta de las que recibo, siempre y cuando pueda escribirse y demuestre capacidad de adaptación lingüística. Esta carta debería entenderse como eso.
Estar en un país ajeno sin dinero ni trabajo y verse obligado a mendigar es un auténtico drama que merece todo mi respeto. Sin embargo, la forma en como muchos ciudadanos rumanos y húngaros se aproximan al español a través del italiano, así como los modismos de la limosna es lo que me parecía relevante de cara a adoptar este estilo. Estilos hay muchos pero lecturas, solo una.

Una propuesta de Eli Gil.

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115- Esperpento de Valle-Inclán*

Sombras de Bohemia
Esperpento post-moderno barcelonés

En España, es un delito el talento.
Ramón María del Valle-Inclán

Tasca de barrio, antes regentada por migrantes del oeste de la Península y ahora por migrantes del este de Asia. ANSCARIO ARENAS, cabezón e hirsuto, de bombín, kufiya y chaleco, y BENJA BERETA, lampiño y arratonado, de sudadera, bermudas y gorra. Sentados en sendos taburetes, delante de la barra. Ambiente de sobaco rancio, que se impregna en las rendijas de los azulejos.

ANSCARIO ARENAS
En este país se premia lo malo. Seguir ignorado después de escribir ciento quince cartas que cambiarán el rumbo de la literatura, la publicidad e incluso los recursos humanos. Solo me queda volverme anarcoprimitivista y mandarlo todo a hacer puñetas.

BENJA BERETA
Esa boquilla, Anscario. Entiende que es la condición del español fracasar por el simple hecho de serlo. A este paso, lo que quedará será un Reino en descomposición, el Reino de Costilla.

ANSCARIO ARENAS
levantando un puño al cielo
Caeremos en el canibalismo, en la idolatría de tus aztecas, Benja. Terminaremos comiendo mierda y ya he leído en la Vice que no habrá para todos.

BENJA BERETA
levantándose, espriuano
La piel de toro se acuartilla y la tauromaquia está prohibida en esta ciudad llena de estetas decadentes. Vayámonos, Anscario que lo mismo un latero nos alegra la noche.

***

Fuera, en el Raval. Olor de orines, sirenas de policía a lo lejos, luces de navidad atemporales a lo cerca. Llueve sordidez y las cloacas aúllan.

BENJA BERETA
¿Eh, amigo, tienes cervezas?

Aparece un pakistaní con una bolsa de plástico.

ANSCARIO ARENAS
El Raval me agobia, Benja. Huyamos. Vamos a esperar que tu director creativo salga a hacer running para entregarle mi book. No se podrá negar.

BENJA BERETA
Quedan cuatro horas, por lo menos. Venga, Anscario, recordemos los tiempos de la UAB… y bebamos.

ANSCARIO ARENAS
Eres un majadero, Benja. Te lo digo así, tan guapamente: tú no creas y triunfas porque destruyes y fracasas en tu trabajo. No quiero saber nada de tu jefe, si el muy mediocre te ha fichado a ti no tiene criterio.

BENJA BERETA
Deja de quejarte y apoquina tres euros que aquí el amigo nos da cuatro latas.

ANSCARIO ARENAS coge muchas monedas de su bolsillo y las tira contra el suelo provocando un tintineo cacofónico.

ANSCARIO ARENAS
¡Claro, me sobra el dinero! El billetaje de mis padres ya suena a metálico y aún tengo que apadrinar un becario senior como Benja Bereta que no tiene una lata meada que llevarse a la boca.

El pakistaní recoge abnegado las monedas.

BENJA BERETA
al pakistaní
Discúlpale
a Anscario
Los creativos académicos pronto repararán en tu motivación y tus experimentos… y entonces el dinero no importará. Estamos viviendo de prestado de tu futuro brillante.

ANSCARIO ARENAS
¡Benja! Ese rumor que se oye no es de pensamientos… ¿Qué es ese carnaval de neón, ese aquelarre vikingo?

BENJA BERETA
¿Eso de ahí delante? La puerta de Apolo, Anscario. Alcohol caro que los europeos juzgan barato.

ANSCARIO ARENAS
Vienen a revolcarse en la barbarie ibérica. ¿Sabes porqué necesitan beber, estos buenos europeos, Benja?

BENJA BERETA
No, maestro.

ANSCARIO ARENAS
Porque España es Europa vista en el culo de un vaso de cubata. No se comprende la realidad de aquí si no es desde una pérdida de verticalidad.

GUARDIA DE SEGURIDAD
Con las birras aquí no entráis, chicos. Largo.

ANSCARIO ARENAS
¡Primate calvatrueno! Daré un escándalo.

El GUARDIA DE SEGURIDAD se abalanza sobre ANSCARIO ARENAS.

***

Buhardilla agujereada, de perspectivas insospechadas sobre el vertedero barcelonés, colonizada decorativamente por Suecia. ANSCARIO ARENAS magullado y sangriento está recostado contra una pared. Llega LAIA LÜGER con camisa de hombre, sobre unos pantalones cortos tejanos y botas de piel. Lleva una lata de cerveza fría. De fondo BENJA BERETA parlotea.

BENJA BERETA
Entiéndelo, Laia, no podemos llevarlo a un hospital. Se ha pasado el último año y pico buscando camorra en nombre de sus ideas. Le trincarían.

LAIA LÜGER
entrega la lata a ANSCARIO ARENAS
No entiendo como siempre termináis enzarzados con macarras y gentuza de navaja.

ANSCARIO ARENAS respira mal. Se incorpora ligeramente. Toma la lata con un estertor de agradecimiento y se la coloca en un bulto sobre la ceja izquierda.

ANSCARIO ARENAS
fingiendo un delirio
Laia, mi musa, mi Lolita… tu novio era director creativo en una agencia, ¿verdad? Mi reino por una entrevista…

LAIA LÜGER
Le echaron.

ANSCARIO ARENAS
¿Y de que vivís? ¿Os habéis hecho emperdedores?

LAIA LÜGER
Mira Anscario, nosotros no somos bohemios quejumbrosos. Tu book y tus campañas no van a arreglar un gremio donde lo ha hecho mal todo Dios, asúmelo. La publicidad es zafia y mediocre porque ese es su sustrato, un país de perdedores. Eres joven, así que dobla tu espalda, rómpete el culo y deja que se te caigan los anillos.

ANSCARIO ARENAS
Trabajo buscando trabajo. Si existe una forma de hacerlo, me adapto a ella. No tengo porqué doblar la espalda si doblando mis dedos debería ser suficiente. Además, estoy tentando a la muerte a tiempo completo. Quizá hoy con un poco de suerte.

LAIA LÜGER
encendiéndose un pitillo
Eres un intelectual iconoclasta.

ANSCARIO ARENAS
ignorándola
Y dime, Laia, quizá es suponerte muy altas humanidades… ¿Pero, ya que lo tienes tan claro, cómo debería buscar trabajo?

BERTO BERETA
distraído, a lo lejos
¿Laia, soy yo o aquí huele a gas?

*Hoy se cumplen 147 años del nacimiento de Ramón María del Valle-Inclán, renovador del teatro español y que en 1920 publicaba Luces de Bohemia, el primer esperpento, en el que se leen críticas a España totalmente vigentes. Yo solo me he imaginado como sería un esperpento ambientado en Barcelona y con detalles actualizados.

Un gustazo celebrar el aniversario del otro ilustre manco de las letras castellanas a propuesta de Bárbara Nicolau.

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114- Sermón

Muy a menudo, hermanos, permanecemos con los ojos y el alma cerrados al sufrimiento del prójimo. El mundo que nos rodea es frenético y eso hace que no estemos siempre prestos a cumplir la palabra del Señor en todas sus formas posibles.

¿Cuántas veces tiene que suceder algo delante nuestro para que nos demos cuenta de que hay almas sufriendo? ¿Una, dos, ciento catorce? Estos tiempos que corren son duros para todos, también para nosotros. Pero lo son más para el joven que lucha por propagar sus buenos actos. Ese joven que cree en Dios y en sí mismo, pero que no encuentra a nadie que crea en él. Algunos ya sabéis, hermanos, lo duro que es caminar solos y lo fácil que puede ser para esa buena persona terminar hundiéndose en la desesperación creyéndose que nadie le apoya. Lo más duro, es cuando eso le sucede a un buen cristiano, a alguien que ha leído la Bíblia, alguien que ha dedicado más de un año de su vida a trabajar para difundir la buena nueva del Señor.

Por eso, el sermón de hoy quiere deciros bien claro que el mejor acto de buena fe, hermanos, es ayudar al que después seguirá ayudando. Y precisamente, el joven tiene más tiempo por delante que cualquiera de nosotros para continuar nuestra labor en un futuro y así transmitir el eco del evangelio a de las generaciones futuras.

No estoy diciendo que le deis trabajo o caridad al primer joven parado que encontréis por la calle. Un solo acto de caridad no lleva a nada. Tampoco conduce a ningún lugar la bondad precipitada. Recordad la parábola del sembrador. Solo algunas semillas germinarán y darán fruto. Por eso, lo importante es hacer muchos actos distintos que beneficien a personas distintas. Así la palabra del señor hará sentir que aún hay esperanza a más corazones y que esta está en Cristo y en quiénes creen en él. Más gente entenderá que unidos en nosotros y en nuestra celebración, podemos superar cuántos obstáculos se interpongan en nuestro camino.

Estos tiempos ponen a prueba nuestra fe y nuestra voluntad de ayudarnos los unos a los otros. Para empezar a predicar con el ejemplo, literalmente, he decidido dedicar el próximo año a escribir sermones distintos, uno para cada misa que vaya realizando y en cada uno de estos sermones pediré que oremos por un parado creyente, alguien que merezca sentir que hay quien cree en su futuro igual que él o ella cree en el Señor. Estaré encantando de recibir propuestas de los feligreses o de atender ideas en los momentos de confesión.

Una propuesta de Bàrbara Nicolau.

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113- Corrector automático*

Oye tío perdona que con la Mérida esta del autocaravana no te vas a entrar de nada… Pero no sé quitarlo.

Me llamo Oscuro Arenys y soy copyright. Estoy buscando trabajo en una agenda de público y por eso te mando esta menstruación de presente. Por cierto, que pienso seguir escribiéndola deforme disfruta cada día hasta Alcampo las 365, para demostrar mi hacienda para adaptarme a estilizar diftéria.

Me liceo en público en 2012 y en la activa estoy terminando un hámster en psicomotricidad, además de contar con más de un año de expediente en una agenda multicine. Aunque parezca demagogia joven, justamente por eso mis ganas de experiencias y mi moto, puedo comprar mi supurar falta de expediente.

Si me entrenas podemos comentario los campamentos que ya he hecho. Sin embarazo, al final lo que imposible es si seré capa de hacer los que tú me pidas. ¿Por qué no me propagas un estiramiento en el que escrutar esta mística carta maño?

Gracias por tu tierra.

*Supongo que todo el mundo ha sufrido las maldades de un autocorrector del móvil. Esta carta está hecha escogiendo las opciones más surrealistas o divertidas que da la función autocompletar de Google y inspirada por una conversación imposible en WhatsApp con José Sancho.

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CXII- Latinismos

Ave César, morituri te salutant.

Me llamo Oscar Arenas Larios y este es mi ultimátum para que conozcas mi currículum vitae.

Lo he redactado ya de 112 formas distintas porque es de larga data que el horror económico (causado por distintos factores y que provoca un acusado descenso de la renta per cápita) nos fuerza a reinventarnos. No soy un docto sabio pero creo soy un scriptor de las res pública, ergo puedo recopilar un álbum de variantes textuales y sentar cátedra. A priori todo depende del estilo, ya sea con lo más recóndito del lexicón, usando exabruptos, fingiendo un lapsus o tirando de lorem ipsum, puedo batir a Joan-Lluís Lluís, igual que superé al páter del género, Raymond Queneau.

Cualquier cosa para alcanzar mi desiderátum: encontrar trabajo en una agencia de publicidad, hacer grandes campañas, etcétera. En cualquier caso, esto no debería ser mi opus magna porque no pienso estar haciéndolo sine die. Si no consigo trabajo en un año, mi última carta será un réquiem porque el maremágnum de la crisis y el pandemónium del mercado laboral habrán podido conmigo y con mi modus vivendi. En una realidad peor que la de Matrix, solo me quedará darme al valium y al vino.

Sería triste acabar así después de que mi vía crucis formativo me tuviera cinco años el campus de la sempiterna UAB, tanto en mi minor como mi máster (terminaré toda mi formación circa 2014). Añadir que tengo experiencia extra de un año y cuatro meses en una agencia de publicidad, con lo que tengo conocimiento de la flora y fauna publicitarias, aunque aún no he firmado ninguna campaña que se haya prodigado por los mass media, sí rellené mi book con varios ítems. Así mismo, trabajando para pequeños clientes de motu propio, fui laureado con dos premios. No soy un púber, ya tengo un cierto estatus que me permitiría trabajar con tus clientes premium.

Si no me das trabajo, quid pro quo: lo justo sería que me hicieras una propuesta de estilo para continuar… Ya lo estoy viendo Oscar versus las togas del Senado, pillado in fraganti… Monta un referéndum en tu agencia y decididlo. Alea jacta est!

Aquí mi rúbrica

Post Scriptum: Me veo obligado a añadir este pequeño addendum… Si me pides que sea tu becario in extremis… ¡vade retro! aunque sea junior, apreciaría un salario digno, por favor. No me gustaría saturar mi agenda trabajando gratis.

 

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111- Prosa poética

Ciento once mensajes distintos en una botella. Auxilios que quizá lleguen a las islas del Ya-te-llamaremos, a Entrevistas que se revelan Espejismos o al Maelstorming que los sumergirá para no devolverlos jamás. Me he bebido los efluvios de ciento once esperanzas para tener botellas para mis mensajes. Así, con mi fe de conveniencia en el bastardo de Hermes y Baco, me pregunto para qué tener un nombre, qué más da Oscar que Santiago, qué más da salir en las cartas de navegación si en este mar salpicado de marineros defenestrados soy uno más. Aunque solo en mí laten ciento once esperanzas y muchas más latirán mientras siga viendo naves en el horizonte.

En mi soledad, en las espectrales nieblas, sueño que el náufrago más triste es el que un día fue navegante, porque a él las manos le queman sin cuerdas, todo él es dolor si no faena y hasta en las alturas del mismo Olimpo se marea.

Aún soportando hercúleamente los embates de las olas, ningún marino está a salvo de los designios de Poseidón. Al mar no le importan los sextantes, las licencias y las maestrías. Al mar solo le importan los vientos de Eolo, esos que acercarán un velero libre, quizá un catamarán dónde quepa un náufrago más o quizá una goleta con un vigía que sí quiera verme. Quizá Eolo me traiga barcos cuyos catalejos me solo me observarán en la lontananza, sin querer saber en qué barcos he servido, qué rutas conozco ni en qué puertos he atracado. ¿Otra tripulación sin sitio para los grumetes? ¡Id contra los escollos, que yo en mi islote ya soy el capitán de mis ciento once botellas!

Un barco en la lejanía. ¡Ayuda! ¿Llevarán esperanza en sus bodegas?

Una propuesta de Santiago Montes

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109- Puerta de un baño

¿Vaya… así que te has olvidado al móvil para ir al baño y te ves obligado a leer las paredes? No pasa nada. Ya me he encargado de pasar por aquí y dejarte algo más interesante que mensajes como estos —> VUSCO SEXO LLA

Escribo en cualquier situación, hasta en aquellas que son una mierda, como el paro. No solo lo digo y lo practico, es que además, me he comprometido a ello: a escribir cada día un texto distinto para pedir trabajo como redactor creativo. No es un compromiso tan entrañable como este —> TKM CHURRY 30/02/2011 pero me esfuerzo por sacar lo mejor de mí cada día.

He procurado que mi petición de hoy me pillara en pleno apretón y en el mismo sitio dónde, con precisión de reloj suizo, después de tu café de las 11, echarás un tronco al aserradero. Comprenderás que, después de acumular títulos, experiencia de más de un año y haber pedido trabajo de ciento nueve formas distintas, no estoy dispuesto a que tires de la cadena tan fácilmente. Así que me he decidido por un canal alternativo dónde tendrás que leerme sí o sí, atrapado por tus propias necesidades. Por cierto no olvides esto que alguien ha dejado aquí antes que yo. -> Caga feliz, caga contento, pero caga dentro.

¿Crees que dejarte un mensaje detrás de la puerta del WC del bar es una locura de juventud? Puedes seguir poniéndome a prueba escribiendo aquí una propuesta en base a la que reescribir esta carta… cuándo vuelvan a pintar la puerta.

Tonto quien lo lea (y no me contrate).

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