Tengo tantas ganas de escribir, que lo haré hasta sin que me lo mandes. Y aunque el texto de ayer fuera perfecto, lo cambiaré a diario. Ni tan siquiera necesitaré un no.
Me adaptaré a estilos que no sé ni que existen. Y si por algún azar, vuelvo a escribir lo mismo, jamás sonará igual. Todo eso, durante 365 días: porque en el mundo de los contratos de seis meses merece que demuestre mi talento durante un año.
Estudié publicidad, seguí con un máster y de ello aprendí que teorizar sobre ideas sin practicarlas en una agencia es como beber sin tragar.
Si aún así me rechazas por ser demasiado joven, es que siempre vas a dar con cualquier excusa. Por si acaso, yo insistiré hasta que me rechaces por viejo. No olvides que mi motivación está más allá de los motivos porque nada de lo que hecho demuestra nada. Solo lo que aún no he hecho es lo que evidencia mi valía es lo que aún no he hecho.
Por eso, pídeme lo imposible, que yo interrogaré al silencio, callaré las palabras, negaré lo innegable y falsearé lo cierto para lograrlo.
*Un recurso literario primo de la hipérbole, en que se plantea una exageración imposible para respaldar estéticamente el mensaje.