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87- Anne Rice: Entrevista con el creativo

“Ya veo…” dijo el creativo lentamente y cruzó la sala hacia la ventana. Su piel marmórea refulgía con el contraste de la luz pálida de los fluorescentes de la oficina. “Así que no traes ningún book” continuó sin alzar la voz.

“No” replicó el chico.

Entonces en aquel despacho dormida en un edificio que hervía de vida, el creativo se dio la vuelta. El chico contuvo la respiración. Su osadía empezó a parecerle algo terrible. Una licenciatura y su máster no eran suficientes para resistir la mirada de aquel ser. Creer que podía asistir a aquella entrevista sin book era algo casi sacrílego para otro publicitario.

“Pues dime por qué no debería echarte a patadas de aquí.” le espetó el creativo. El chico se agarró con todas sus fuerzas a su única posibilidad.

“Me… me llamo Oscar Arenas y quiero ser… soy redactor creativo. Estoy escribiendo una carta de presentación distinta cada día y te traigo la que suma ochenta y siete” respondió el chico acelerándose. Estaba profundamente intimidado. Podía sentir el poder del creativo en cada uno de los latidos de su corazón.

“Interesante” el creativo se relajó. “Cuéntame más cosas sobre eso. Adelante, no muerdo.”

“Simplemente… creo que un redactor debería poder hacerlo. Trabajé un año y cuatro meses en una agencia y cada cuenta tenía un estilo muy concreto al que había que adaptarse. Quiero demostrar que sé adaptarme a cualquier lenguaje más allá de lo que cualquier ser vivo haya visto jamás” el chico parecía ir recuperando la firmeza.

“Pero eres muy joven, ¿no?” el creativo parecía no creer en el chico. “¿Cuántos años tienes?”

“Veintidós” replicó el chico. Siempre esperaba esa pregunta. “Pero nadie es joven eternamente.”

“O sí. Yo tenía 24 cuando entré en Louis&Lestat y…” el creativo dudaba cada vez más de aquel chico.

“Tengo las mismas ganas de probar cosas nuevas que tienes tú y una motivación parecida a la tenías tú entonces” le interrumpió el chico, con más convicción. “Solo que vivimos en otra época y tú ya no eres como yo. Pero seguro que si te pregunto cómo empezaste, seguro que alguien debió decirte que también eras demasiado joven.”

“La verdad es que lo recuerdo muy nítidamente. Recuerdo el tipo que me inició, su carisma, su implacabilidad, su exigencia. ¿Realmente quieres saber cómo me convertí en creativo? ¿Aún quieres esa entrevista?” el creativo se levantó y se dirigió a otra puerta del despacho.

“Sí, por supuesto. Además puedes ponerme a prueba y darme una premisa para mi carta para pedir trabajo…” el chico estaba muy nervioso, recogió sus papeles nerviosamente y siguió al creativo.

“Claro… pasemos al salón. Tenemos toda la noche por delante” el creativo abrió la puerta e invitó al chico a pasar por ella.

 

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