Hace tres cientos veintinueve días que vivo sin él.
Hace tres cientos veintinueve días que no lo he vuelto a ver
y aunque no he sido feliz sobreviví sin mi director,
pero al ir estudiando de pronto la agencia llamó…
¿Quién es?
Soy yo…
¿Qué vienes a buscar?
A ti…
Ya es tarde…
¿Por qué?
Porque ahora soy yo el que no trabaja aquí…
Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mis cartas,
y paga las becas.
Jamás te pude comprender…
Vete, olvida mis ganas, mi book con ideas
que no te mereces.
Estás mintiendo ya lo sé…
Vete, olvida el motivo por el que me contrataste.
Y no te sorprendas: lo escribiré todo que yo para eso
tengo experiencia…
En busca de beneficios, del becario pasé,
pensando en todos los premios que nunca gané.
Al leer todas sus cartas, iguales, distintas, volví:
porque entendí que yo quería un año de ideas así…
Adiós…
Escríbeme…
No hay nada más que hablar…
Solo un brief…
Adiós…
¿Por qué?
Porque ahora soy yo el que no trabaja aquí…
Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mis cartas,
y paga las becas.
Jamás te pude comprender…
Vete, olvida mis ganas, mi book con ideas
que no te mereces.
Estás mintiendo ya lo sé…
Vete, olvida el motivo por el que me contrataste.
Y no te sorprendas: lo escribiré todo que yo para eso
tengo experiencia…
Una propuesta de Andreu Monfà