¡Aspaldiko!
¡Esto es el despatxo borroka! ¡Sálvese quien pueda! La publicidad se ha convertido en un akelarre… Y les da igual si me llamo Oskar Arenas, que Gorka Landarroitajáuregui; no importa si soy euskaldun, abertzale o español. Este negocio es más imprevisible que una partida de mus: no importa que hayas estudiado publi en la ikastola o que estés sacándote un máster, que te puedes ver de patitas en la calle después de un año y pico.
He pasado de beber txakolí a ser un auténtico gautxori y tener que conformarme con el kalimocho. Supongo que entre una confortable oficina y esta txabola empapada de txirimiri todo el mundo elegiría lo mismo, ¿no?
Para salir de este zulo he decidido hacer como los bertsolaris: nunca diré lo mismo… aunque en el fondo el mensaje no cambiará. Y puestos a imitar, también voy a hacer como los pelotaris: estoy dispuesto a devolver el golpe. ¡Los del akelarre me ven muy txikarrón pero yo tengo un kabezón que no me cabe en la txapela!
Mi aida dice que soy un sinsorgo, que me he pasado con el patxarán y que esto no lleva a ninguna parte. Pero yo creo que, siendo de Bilbao, tiene mucho sentido escribir una y otra vez lo mismo para batir un récord mundial. ¡Claro! ¡Gora creativoak!
¿Te parece bien quedar etzidamu para hacer unos pintxos, comentar mi book y lanzarme un órdago para que adapte mis cartas a lo que tú quieras?
¡Eskerrik asko y agur!