De Joan-Lluís Lluís, Idiomáticas, Sin categoría, Trabas

321- Vaskofilia

¡Aspaldiko!

¡Esto es el despatxo borroka! ¡Sálvese quien pueda! La publicidad se ha convertido en un akelarre… Y les da igual si me llamo Oskar Arenas, que Gorka Landarroitajáuregui; no importa si soy euskaldun, abertzale o  español. Este negocio es más imprevisible que una partida de mus: no importa que hayas estudiado publi en la ikastola o que estés sacándote un máster, que te puedes ver de patitas en la calle después de un año y pico.

He pasado de beber txakolí a ser un auténtico gautxori y tener que conformarme con el kalimocho. Supongo que entre una confortable oficina y esta txabola empapada de txirimiri todo el mundo elegiría lo mismo, ¿no?

Para salir de este zulo he decidido hacer como los bertsolaris: nunca diré lo mismo… aunque en el fondo el mensaje no cambiará. Y puestos a imitar, también voy a hacer como los pelotaris: estoy dispuesto a devolver el golpe. ¡Los del akelarre me ven muy txikarrón pero yo tengo un kabezón que no me cabe en la txapela!

Mi aida dice que soy un sinsorgo, que me he pasado con el patxarán y que esto no lleva a ninguna parte. Pero yo creo que, siendo de Bilbao, tiene mucho sentido escribir una y otra vez lo mismo para batir un récord mundial. ¡Claro! ¡Gora creativoak!

¿Te parece bien quedar etzidamu para hacer unos pintxos, comentar mi book y lanzarme un órdago para que adapte mis cartas a lo que tú quieras?

¡Eskerrik asko y agur!

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De Raymond Queneau, Idiomáticas, Sin categoría, Trabas

194- Italianismos

Ciao!

Me llamo Oscar Arenas Larios y soy un testaferro de la mafia de la publicidad. Me he cansado de ser un bufón más en el carnaval en el que se ha convertido en el mercatto laboral… ¡Madonna! Me he planteado buscar lavoro en una agencia de publicidad con mis cento novecento cuattro manifestos de presentación. Son mi opera prima. ¿Sorprendido? Pues pienso repetir mi emboscada y enmascarar esta carta cada día de una forma distinta hasta alcanzar las 365. ¡Bravo!

Los capitanes de mi antigua agencia me decían… «¡Presto!» Porque me pasaba el día escribiendo sonetos. Quizá por eso me hallo en una situación absolutamente grotesca: pese a haber estudiado una carrera y un máster, ahora estoy en bancarrota, después de trabajar un año y cuatro meses haciendo mis escarceos. ¡Menudo fiasco!

Cuando digo que tengo 23 años, la gente dice que aún soy un piccolo bambino, yo trato de justificarme pero me salen con aquello de «Parole, parole, parole…». Tengo ganas de ponerme a prueba como un saltimbanqui en pleno circo y de que apuesten por mí en el casino.

Si te apetece comentar mi libretto verás que tengo una experiencia muy tutti-fruti: puedo soltar un adagio para la portada de un folleto, hacer un sfumatto en un graffiti o crear una carta all dente.

Pero sin tu colaboración, esto es una caricatura. Ecco! Reescribiré esta carta da capo: ¡sáltate la omertá y hazme una propuesta de stilo!

¡Arrivederci!

Una propuesta de Lilit D’Elia

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Coloquiales, Dialogadas, Idiomáticas, Propuestas, Sin categoría

189- Teleoperador de ultramar

—¿Aló? Soy Oscar Arena le llamo de Formas de Pedir Trabajo, ¿hay algún parado en la casa?

—Ehm bueno…

—Mire yo le llamo para contarle una oferta muy buena que tenemos ahorita aquí mismo… Consiste en una forma de conseguir trabajo en la que nosotros le guiamos y cuando consiga usted un puesto en una gran coporación nos abona los servicios prestados en cómodas mensualidades, ¿desa seguir oyendo?

—A ver, yo…

—Yo se lo explico, verá… ¿con quién hablo por favor?

—Esto…

—¿Ernesto? Muy bien, Don Ernesto. Me gustaría tranquilizarle con que tenemos más de un año de experiencia en campañas de personal branding para conseguir trabajo. Nosotros le guiamos en todo el proceso hasta la entrevista y en todas las dudas que naturalmente le puedan surgir, así que no se preocupe. Mire, yo se lo cuento: lo que le ofrecemos aquí es es trabajar en una agencia de publicidad como redactor creativo. ¿Porque usted tiene estudios superiores, verdad?

—Eh, sí, una licenciatura y ahora mismo estoy estudiando un máster, pero escucha a mi, no me interesa esto…

—De acuerdo, no se retire.

—¿Como?

—¿Don Ernesto? ¿Me escucha? Mire, si logra escribir un mínimo de 189 cartas distintas diciendo lo mismo… y un máximo de 365. El puesto puede ser suyo. Cuenta con nuestro apoyo, nuestra meta es que usted crezca, que experimente y esté motivado para conseguir nuevas perspectivas laborales.

—¡Que no quiero trabajo!

—Pues dígame usted que quiere, don Ernesto, le escucho.

—…

Otra propuesta de Bàrbara Nicolau.

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