Coloquiales, De Raymond Queneau, Pastiche, Sin categoría

290- Paleto*

¡Ea!

Me llamo Oscar, soy el mayor del Arenas, el que se arrejuntó con la grande de los Larios. Ná questoy buscando una forma honrada de llevarme un plato a la boca y digo yo cahora con toas la máquinas y los avances que sa hecho en el campo no me van a quedar ni las miajas.

Y digo, pues que como siempre he sío espabilao y no tengo malos vicios, cojo el amotillo y me voy pa la ciudad a estudiar algo de provecho. Y ná, uno ya es licenciao y sigo estudiando unas cosas que me da una artá de trabajo explicar cuando voy al pueblo porque parece que les tomo el pelo. Me dicen que me vuelto de capital y o digo pos que así sea, porque aquí hay unas mozaaaaaas que ya las quisiera yo allá riba.

Total, que se conoce que valgo pa las letras y digo, vi a ganarme el pan con eso. Así que estoy dándole a las altabas de toas las agencias de propaganda a er si alguna me da trabajo. Pero claro, yo soy de pueblo y allá somos muy cabestros. Si no maces caso hoy, me larás mañana porque te vi a escribir esto cada día del año. Yo he visto siempre que el hombre de campo no descansa, allí siempre hay algo distinto pa hacer, y eso lo he tenío siempre claro pa labrarme un futuro con ahínco y con ánsia. ¡Ahí que voy!

¿Te parece que nos veamos en la plaza, echamos unos vinos con graseosa y te hablo de mis tierras? ¡Eh! Que estás en babia, no te me vayas a rilar ahora, no vaya ser que con el sermón que te puesto te mayas quedao chuchurrío. Ala, pa que te endereces y le pegues a la mollera un rato: me tienes de decir una forma de escribir esto mañana y así te figuras si valgo o no valgo.

¡Ala! ¡Arreando que es tarde!

*El payés de Queneau haciendo un auténtico remix de hablas locales y tópicos de los pueblos.

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