Mi amada Dulcinea,

Soy el hidalgo Oscar Arenas Larios, quien en alguna pasada ocasión librara batallas en las más temibles agencias contra los briefs más gigantes habidos en Castilla.

En la nueva búsqueda de vuestro amor y de dicha agencia, es forzoso escribir a vuestra merced, que Dios os bendiga, para demostrar mi bravura. Y si para ello fueren necesarias 362 cartas o incluso un año entero de ellas, no hay otro hombre en estas tierras sino yo para este cometido.

Con licencia de su emérita majestad para combatir por la causa de la Publicidad, que si maestro en estas lides no me hiciera, ya me ganaba yo mis galones en mil batallas en agencias. Pero ¡ah! Mal hice en curtirme en mil batallas siendo joven, pues nadie cree hoy mis relatos y mis campañas no importan un ardite a los capitanes creativos y a los castellanes.

Cuanto más que sois vos la que me ignoráis mi señora y lástima os tengo que hayades puesto vuestras ilusiones en otros caballeros redactores. Más os concedo la gracia de escribiros mis letras.

Llégese acá vuestra respuesta.

Una propuesta de Sonia del Olmo