En verso, Evocativas, Pastiche, Sin categoría

335- Federico García Lorca*

Cantaba,
cantaba el mozo
sobre las Arenas plateadas
bajo la Luna de  enero.

Jornalero sin jornal,
es pluma seca en el tintero,
todo agua que corre
por el molino que no rueda.

Cantaba,
cantaba el mozo
sobre las Arenas revueltas
por las ventoleras de marzo.

Partió el chiquillo a la ciudad
y regresó vacío de manos,
rotos sus sueños, leído en todo,
falso aprendiz de la nimiedad.

Cantaba,
cantaba el mozo
sobre las Arenas, hechas brasa
atenazada en la canícula de Junio.

Aró las ideas,
sembró las letras,
rebló los titulares.
Yermas agencias, poco más.

Cantaba,
cantaba el mozo
sobre las Arenas, vueltas barro
en las rodillas de octubre.

Sus sueños son la llave
de las ventanas y puertas cerradas,
en las negras fachadas que fueran
antaño estas casa encaladas.

Cantaba,
cantaba el mozo
sobre las Arenas, salpicadas de amapolas,
en los albores de mayo.

Trae azaleas, flores frescas,
que las suyas no son flor de un día
En sus sueños 335 florecían
y el año completo se acerca.

Cantaba,
cantaba el mozo
sobre las Arenas, frente a tu puerta
¿cuándo la piensas abrir?

*Hoy se cumplen 116 años del nacimiento de uno de los poetas más brillantes de las letras castellanas y que fue asesinado el 18 de agosto por el fascismo. No he logrado imitar su musicalidad, pero sí sus temas y su vocabulario.

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De Joan-Lluís Lluís, Evocativas, Sin categoría

334- Prosopografia*

Desde su barba de dos días y tras sus gafas con varillas amarillas, Oscar Arenas Larios escribe en el monitor de su portátil LG-R510. Como atestigua la cuenta en su agenda Blackie Books, ya lleva 334 días en ello. Pese a estar en paro, por su pantalla siguen desfilando palabras destinadas a convencer de los beneficios de una marca. Solo que esta vez, la marca es él mismo y los beneficios no cambian, aunque sus malabarismos verbales hacen que lo parezca.

Le acreditan cuatro años de cafés, combis de bistec y trabajos en grupo, un año y cuatro meses de interminables viajes en tren, de la agencia al máster. Un año y cuatro meses pensando y escribiendo para cuentas importantes, semanas de brainstormings, de titulares fallidos, de aciertos, de briefings, de la búsqueda de la mejor idea.

Sin embargo, sus ojos sin patas de gallo y la ausencia absoluta de canas le delatan. A su edad, su barba aún no disimula que es un imberbe. Y no importan su conocimientos, su motivación para demostrarlos, sus ganas de probar sus afirmaciones… porque nadie cree que alguien de menos de 25 años pueda tener experiencia alguna.

Sentados en una mesa, frente a su book, defenderá sus ideas ante ti, des de un pequeño post en Facebook a ese servicio que estaba llamado cambiar el mundo. Sacará su libreta Fabriano y anotará el feedback recibido. La mantendrá abierta. Escribir sin cesar puedo hacerlo cualquiera. Pero… ¿y escribir a las órdenes de otro?

*Aunque suena muy aburrido es un buen recurso retórico que se da cuando la descripción sustituye a lo descrito.

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Evocativas, Formales, Sin categoría, Trabas

312- Mineral*

Estamos ante unas Arenas que, al sedimentar sobre estos Larios dan lugar a formaciones minerales de lo más distintas y genuinas: los redactolitos. Parece que se trata de estructuras con una formación en publicidad muy sólida, aunque de muy fácil oxidación si surgen fuera de la colada de un máster.

Gracias a sus matices cromáticos y a su potencial metamórfico, estas rocas resisten bien las altas presiones y la erosión meteorológica en agencia. Aún en un entorno con variaciones constantes, los redactolitos encuentran estabilidad pese a los seísmos, adaptándose con distintas configuraciones a todo tipo de movimientos tectónicos y corrimientos de tierra.

Esta combinación mineral mantiene su integridad debido a su abundante contenido en materia procedente de composiciones telúricas. Además, su maleabilidad, equiparable a la de las arcillas, evita la aparición de grietas y sesgos. Experimentar con estas fascinantes rocas puede dar lugar a una auténtica erupción de creatividad ya que, pese a cristalizar habitualmente en lugares salobres y con espacio con cortezas claras y transparentes, si las condiciones lo favorecen, también pueden formar complicadísimas dendritas conceptuales e incluso encauzar férreamente elevados caudales de ideas.

Su magnetismo repele a las aglomeraciones de licenciados de arenisca gracias a mecanismos como la diferenciación de las estalactitas y las estalagmitas. De corteza y trato árido pero de sustrato tremendamente fértil, su elevada acidez imposibilita la coexistencia con los fósiles y fomenta al aparición de piedras preciosas agregadas.

Para extraerlos en su integridad hay que someterlos a un concienzudo análisis para asegurar antes la viabilidad de la operación y minimizar su disolución. Si es posible replicar en laboratorio las condiciones del medio de los redactolitos se podrá poner de relieve su fantástica capacidad de adaptación.

*Una auténtica alegoría mineral llena de términos del ámbito de la geología.

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Emocionales, Evocativas, Narrativas, Pastiche, Sin categoría

287- Gabriel García Márquez*

El día que lo iban a contratar, el redactor Oscar Arenas Larios no miró al frente, a ese pelotón de americanas y tejanos sentado en una sala llena de las florituras del diseño. El día que lo iban a contratar, Oscar Arenas Larios miró hacia atrás. Hacia las 287 cartas que nunca llegaron a su destino y a las 78 que no escribió jamás.

El febril e insidioso interrogatorio al que fue sometido no quebrantó su terca obstinación. No confesó sus pasantías y negó sus licenciaturas y maestrías. Porque aquella no era su vida. Él no era aquel mancebo imberbe que un día soñó con ser vocero de esperanzas y cachivaches. Quienes conocían su pasado sabían que lograría lo que se propusiera aunque nadie entendiera de qué se trataba. Así que no hubo duelos ni se organizaron partidas de búsqueda cuando, simplemente lo perdieron de vista en un aguacero de verano. Jamás regresó a su pueblo.

Luego sobrevinieron los tiempos de la guerra y sus miserias, y nadie sabe muy bien cómo, pero los ímpetus de Oscar produjeron decenas de cartas idénticas y con sutiles variaciones, a razón de una por día. Lo que parecía un entrenamiento absurdo, propio de las historias sincopadas de las moviolas del kinetoscopio, fue en realidad lo que llevó a que aquellos poderosos asociados con despacho en la ciudad se fijaran en él.

Antes de cumplirse un año de su desaparición, con los chiquillos aún andando descalzos por el lodo y los vientres hinchados, Oscar llegó a la ciudad con una barba crecida y poblada. Y entonces sí, capituló con los liberales y se dispuso a firmar un contrato para comerciar con su talento.

¿Están plenamente convencidos? ¿No quieren ponerme a prueba? ¿No desean estar seguros de mi capacidad de escribir lo que  ustedes quieran? preguntó al pelotón de americanas y tejanos.

No.

Dudó. Y sobre aquel instante de duda floreció otro.

¿Y, podemos hablar de mis responsabilidades? ¿Qué tipo de campañas haré?

Mierda.

*En homenaje a Gabriel García Márquez, fallecido ayer.

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Evocativas, Formales, Narrativas, Pastiche, Sin categoría

271- Terenci Moix*

Con las nubes vestidas de luto, tras los agrietados cristales de la agencia y bajo el polvo que se posa sobre las ideas suntuosamente adulteradas, su vida transcurrió un año y cuatro meses muriendo a cada instante.

En un recóndito lugar de esa necrópolis, entre los escombros y los sudarios de los briefings ajenos, el viajero se abre paso. Ante sus ojos, la tierra del talento colonizada por los juegos de bastardías de la mediocridad. Su nombre, Oscar. Sus apellidos, Arenas Larios. No lo avala linaje alguno. Ninguna dinastía haría el más mínimo gesto por reconocerle. Su historia es la misma que la de miles de jóvenes inmolados a la precariedad. Su rostro no es más que el de otros muchos y sin embargo su posado respira la majestad de unos pocos.

Su semblante es el de los que, por no tener nada que perder ante algún revoltijo de patanes impúdicos, agotarán su último aliento enzarzados en la batalla de las palabras. El desprecio y la envidia rasgarán sus máximas, pero él no se permitirá ningún titubeo en sus cantos, pues siempre serán el mismo: el suyo, recitado y callado, escrito y reescrito, durante toda una vuelta al dios Ra.

Trae consigo los laureles podridos y los pergaminos de la aciaga ciencia que un día le hundirá en la depresión pero que hoy contiene su futuro. Un futuro con el que el que pretende iluminar las oscuras grutas corporativas dónde se amañan los embustes del becariado. Tras el abandono de los dioses solo la motivación y las ganas de experimentar quedaran como plañideras de su muerte en vida. Y llegará un día en que el Sol pondrá fin al imperio de la noche y la identidad de Oscar diluida en otras 365 habrá tornado el silencio del ya te llamaremos en un torrente de locuaces ideas. Tal vez la locura del poeta la calmen las palabras del soñador.

Su mirada preguntará. Sus dedos escribirán. Solo faltará que tu voz responda.

*Hoy se cumplen 10 años de la muerte de Terenci Moix y de su característica prosa preciosita llena de lirismo.

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265- Drama*

La generación perdida

ACTO ÚNICO

OSCAR ARENAS, gabardina con el cuello levantado, barba de dos días y sombrero de ala ancha; llega al muelle ante un barco a punto de zarpar. Despidiéndose de un grupo de gente con emoción contenida, entra en escena LARA DARÍO, pañuelo a la cabeza, maleta de piel grande y abrigo de gamuza granate de botones de madera.

LARA DARÍO
entre sorpresa y hostilidad
¿Qué haces tú aquí?

OSCAR ARENAS
Después de todo, no he podido evitar venir a despedirte. Hemos trabajado juntos mucho tiempo para que ahora pasemos meses, quizá años, sin vernos.

LARA DARÍO
mirando al suelo
HEMOS trabajado, Oscar. Olvida esos días porque el mañana se ha olvidado de nosotros. Nuestro talento es tinta en unos contratos de prácticas. Tú ya no eres redactor y yo ya no seré directora de arte.

OSCAR ARENAS
seguro
Yo aún soy redactor, Lara. Otra cosa es que no haya nadie dispuesto a pagarme por ello. Nuestro futuro siempre es mucho más que tinta y papeles. Me dan igual mis títulos, me dan igual mis clases.

LARA DARÍO
tensa
Claro.

OSCAR ARENAS
algo desesperado
Lara, no te vayas, no somos tinta. Somos las ideas que hacen correr la tinta. Yo podría escribir lo mismo de 365 formas diferentes. Si yo puedo hacer eso, tú puedes diseñarlo. No hay nada que nos pueda parar…

LARA DARÍO
interrumpiéndole
Excepto el paro mismo. Ninguna idea germinará en esta tierra sin dinero, Oscar. En el extranjero tengo entrevistas, tengo perspectivas, tengo un horizonte. Aquí solo hay edificios de hormigón que me impiden ver el atardecer. No desperdicies tu juventud aquí Oscar. Compra un pasaje y ven conmigo en el próximo barco.

OSCAR ARENAS
¿Cómo voy a ser redactor en una lengua que no sea la mía?

LARA DARÍO
llorando
Tú eres capaz de todo, Oscar, por favor. No tires tu juventud en este país…

OSCAR ARENAS
amargamente
Capaz de todo, menos de seguirte. Buscaré trabajo aquí. Demostraré lo que soy capaz de hacer… ¿Qué más da cometer errores ahora si los que venían antes ya los han cometido todos? Si tú dices que el futuro es una quimera. Allá dónde vas, también.

LARA DARÍO
sonriendo con resignación, secándose las lágrimas
Si me siguieras no serías el Oscar que yo conocí.

LARA DARÍO se gira para subir por la pasarela del barco. A medio camino se detiene y se da la vuelta para dirigirse a OSCAR ARENAS.

LARA DARÍO
sonriendo
No olvides escribirme.

OSCAR ARENAS
Solo si algún día vuelves.

Telón

*¡Feliz Día Mundial del Teatro!

 

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247- Tango

Huye lentamente mi laburo,
como payadas en los sesos de la historia.
Cantaré un año de versos milongueros
al oído de minas desprevenidas
hartas de las mismas ideas marchitas.

Después de mi otra entrevista perdida,
La tristeza se fuma el cadombe y
apaga el pucho sobre mis manos,
¿cómo descubrir así cosas nuevas
si arden todas igual que las viejas?

Ya no soy aquel redactor,
ahora se me ve un maleta,
un licenciado licencioso,
alcanzando los doscientos cincuenta
tangos tristes y melangiosos.

Escribidor en constante devaneo
quiero matar mi rencor a cartas,
rebajo con mis lágrimas en la caña
desde el otro lado de los cristales
de agencias con alegres ventanales.

Soy, Oscar Arenas Larios, para servirle
Buscando propuestas a media luz
no encuentro las referencias de mi book
qué lindo sería, che,
que me las terminaras diendo vos…

Ya no soy aquel redactor,
ahora se me ve un maleta,
un licenciado licencioso,
alcanzando los doscientos cincuenta
tangos tristes y melangiosos.

Una propuesta de Maria Luisa Delprato

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233- Profecía del Más Allá

La Muerte me ha mirado con sus cuencas vacías, he jugado al cadáver exquisito con ella y he abierto mis ojos llenos de nuevo. Debes saber que me ha dicho que un día regresará el alquimista de las palabras.

Será hijo de las playas, de los vapores de la cebada y de los aromas de la nebrina. Habrá oído las palabras de Aristófanes y sus sofistas, de Freud y sus psicoanalistas, de Osborn y sus creativos. Un día habrá llamado a 233 puertas y deberás mirar sus ojos llenos e intuir lo que hará. Pues es él quién asediará las ciudadelas de los bastardos de Hermes, repitiendo su mensaje, hasta que las estrellas del cielo regresen trece lunas más tarde.

Pedirá el cargo que jamás tuvo en el ejército de la ciudadela. Si lo desdeñas por su juventud, su motivación caerá sobre ti y la muerte volverá a buscarme. Si lo desdeñas por su ignorancia abrirá las páginas de su libro prohibido y te hablará con palabras desconocidas para que seas tú quién le mande transformar el plomo de un briefing en el oro de las ideas.

Ábrele la puerta, pues has sido bendecido desde el Inframundo con la llegada del Alquimista de las Palabras.

Una propuesta de María Paz Cala (que pedía una carta regresando de la muerte)

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229- A mi ex

Seguro que ya ni te acuerdas de un tal Oscar Arenas al que te tiraste un día después del trabajo. Fue un año y pico lleno de miraditas y pies jugando bajo las mesas de reunión. Pero claro, no debes acordarte porque yo tampoco pienso en ti… En absoluto. ¿Quién va a pensar en ese copy con gafas que estudiaba un máster rarísimo? Ahora solo soy un perfil de Facebook con el que te topas de vez en cuando.

Te pusieron muy fácil el olvido. Tú y la agencia me dijisteis lo mismo: que no podíais contar conmigo. De ese despecho, en el fondo, nació este proyecto. Escribo cada día una carta para buscar trabajo diciendo lo mismo pero de una forma distinta y escribo cada día una carta de desamor con cosas diferentes de la misma forma. Llevo exactamente las mismas: 229 de cada. Sin embargo, las cartas para pedir trabajo se publican y las cartas de desamor se almacenan automáticamente en tu papelera de reciclaje.

Después de licenciarme en Publicidad, tocaba graduar mis expectativas doctorándome en Fracasos. Que no es lo mismo hacerse mayor que crecer. Así que aprendí todo lo que sé trabajando junto a ti y obtuve el título con honores. Un solo no convalidó todas y cada una de las asignaturas que me faltaban. De repente, con el certificado bajo el brazo izquierdo, muy cerca del corazón, me sentía más viejo aunque, siguen diciéndome que soy demasiado joven. Habrá que fracasar de nuevo. Me sobran motivos y me faltan sitios en los que hacerlo.

Dicho esto… ¿te apetecería quedar para tomarnos un café? El último que me bebí junto a ti me sentó horriblemente mal y me encantaría quitarme ese sabor contándote lo que he estado haciendo últimamente. Y ya que, en el fondo, creo que siempre estuve enamorado de tus ideas, me gustaría escuchar cómo tu imaginación me enseña a convertir un no en un sí.

Hasta pronto.

Una propuesta de @LaMuy

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227- Sinestesia

Mi nombre es crujiente, Oscar, y está envuelto por unos apellidos de suave terciopelo, Arenas Larios.

Entierro bajo pesadas letras la incisiva luz de la pantalla, contando mi amarga historia. Me quedé en una situación pantanosa: joven y desempleado en un sector en contracción. Eso contrastaba con mis ambiciones brillantes: ser redactor creativo en una agencia de publicidad. Ante eso me condené a luchar contra la altiva blancura de la hoja, en conjurar ásperos caracteres y melodiosas frases para reinventar a diario mi insípida carta de presentación y terminar saciando algún día mi sed de liquidez y estabilidad.

Y es que mi aséptico perfil por sí mismo no iba a llegar a ningún lado: obtuve una gris licenciatura en publicidad en 2012, que decidí complementar con un vistoso máster en psicocreatvidad que aún estoy terminando. Paralelamente, empezaba a probar los sinsabores y las mieles del mercado a laboral, desde un puesto muy apetecible en una agencia multinacional. Muchos afirmaron que me veían verde, pero quizá se tratara de una viscosa ilusión, pues mi motivación me endurece y la silenciosa experimentación me mantiene en constante crecimiento.

¿Quieres oler el perfume de mis ideas y catar las piezas de mi book? Tendrás una oportunidad para ello si me concedes una cálida entrevista. Sin embargo, te lanzo un reto escurridizo para entonces: quizá te interese ponerme a prueba con unas palabras envenenadas que convertir en mi melosa carta de mañana…

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