Buenos días, aunque quizá debería decir buenas tardes o buenas noches, para adecuarme a la perfección al momento en que usted lea esto y para ser coherente con mis abundantes conocimientos sobre segmentación e hipertextualidad.
Mi nombre es Oscar Arenas Larios y le escribo para presentarle mis credenciales en forma de cartas para pedir un puesto como redactor creativo no pudiendo hacerlo de otra forma que reinterpretando el mismo texto día tras día adaptándome a cuántas sugerencias reciba por parte de mis entregados seguidores y seguidoras.
No es nada habitual en mi carácter hablar sobre mi formación y mi perfil profesional de forma autocomplaciente, sin embargo dada mi actual situación de paro, sé que no es para nada descabellado presentarme como un redactor creativo de solvencia contrastada, como acredita mi experiencia en una agencia multinacional respaldada por mis estudios universitarios de licenciatura y máster.
Pese a considerarme joven de espíritu no entiendo esa condición como algo que deba dejarme fuera de un posible proceso de selección; al contrario, pues mi experiencia en mi corta edad no hace más que evidenciar mi solvencia y demostrar mi altísimo nivel de motivación, así como mi predisposición a experiencias nuevas que supongan un reto creativo constante.
Sería un privilegio a la altura de mis ambiciones creativas poder entrevistarme con usted para contrastar y constatar el nivel de mis ideas a través de las campañas y proyectos que recopilo cuidadosamente en mi book, evidenciando mis inquietudes personales y mi sensibilidad creativa hija de nuestros tiempos.
No quiero dejar pasar la oportunidad que la lectura de esta carta por su parte me está brindando sin ofrecer la posibilidad de demostrar mi capacidad de adaptación estilística con una propuesta con la que disfrazar una misiva tal que esta pero reescrita y permanecer el día de mañana.
Quedo agradecido por el tiempo invertido en leer mis palabras y en adentrarse en mi perfil profesional y del mismo modo estoy seguro que no quedará decepcionado ante la mencionada y ya eventual prueba de la que quedo atentamente a la espera mientras le mando un cordial, cálido y respetuoso saludo.
*Cuando empiezas a escribir tienes prisa por demostrar todo lo que crees que sabes. Te vuelves rimbombante, construyes frankensteins de frases subordinadas y a veces olvidas las virtudes del punto y seguido. Todos hemos pasado por eso. La clave es no quedarse ahí.