—Buenas noches, señora. ¿Su nombre por favor?
—Oscar.
—Ah, que no era una señora, era un señor. ¿Y dígame, qué le preocupa, Oscar?
—Pues me gustaría saber si este nuevo año encontraré trabajo.
—Muy bien.
—Estuve trabajando en una gran multinacional…
—Sí, ya lo estoy viendo, aunque es usted muy joven, Carlos, usted tiene un buen perfil académico, ¿verdad?
—Oscar, perdón.
—Sí, Oscar, veo por ahí un título universitario, ¿sí? Una carrera… pero que hay otro que aún no tiene…
—Sí, el máster…
—Uy, espere, tengo aquí conmigo el título, ¿es este?
—Bueno no lo he visto en mi vida, así que supongo que sí
—Usted inténtelo a diario. En menos de medio año es muy posible que consiga un trabajo en una agencia de publicidad gracias a su motivación y a los trabajos que ya ha hecho.
—¿Cómo lo hago?
—Demuestre lo que mejor sabe hacer. Llámeme cada día y yo le indicaré si lo está usted haciendo bien.
—¿Cómo podria empezar, Sandro?
—¡Pues con una carta para pedir trabajo! ¡Con tantas como sean necesarias! No hace falta tener poderes para saber eso. Bendición y buenas noches.
*¿Para que imitar el estilo de un simple vidente televisivo pudiendo imitar al celebérrimo Sandro Rey?
Una propuesta de Adrià Sánchez