Formales, Sin categoría

160- Crítica de cine

El director Oscar Arenas no  sorprende con su enésimo remake. ¿Cuántos lleva ya? ¿160? Contarlos equivale a entrar en el paroxismo. Su vocación de redactor publicitario se traslada a sus con mensajes simples y directos, sin complejidades ni matices. Se entienden perfectamente pero no profundizan en nada y el efecto es aún peor si sus tema y  mensajes se repiten en todas y cada una de las reinvenciones de su eterno cortometraje. Arenas está obsesionado con el paro y la búsqueda de trabajo, pero también está encasillado en este género de drama social juvenil del que no ha salido jamás.

Su última obra cuenta la historia de un licenciado en publicidad que está estudiando un máster y busca trabajo. El principal problema de este nuevo protagonista es su juventud le hace parecer inexperto a pesar de tener un buen perfil. A partir de aquí, Arenas farfulla entre fotogramas sobre la motivación, la juventud, el carpe diem y sus fetiches… que parecen vanguardia experimental y que sospecho que solo son banalidad en alta definición.

En una confusa entrevista Arenas declaró haber hecho incursiones en otras disciplinas como el mundo online, la prensa o el márketing directo, debido a su trasfondo publicitario. Sin embargo, uno siempre tiene esa sensación de asistir otra vez al mismo espectáculo vacío, la piedra de Sísifo esta vez es una bobina que se proyecta ad eternum. Lo interesante de la mencionada entrevista es que afirmó estar dispuesto a escuchar a los espectadores para mejorar su obra. Esperamos que, por favor, lo haga… ya que hasta ahora ha pasado olímpicamente de los críticos. Sería un detalle que tuviera en cuenta a su maltratado público.

Standard