Quiero recorrer todos y cada uno de los caminos de tu piel para terminar en un vórtice entre tus piernas, allá dónde tu destino se une con el mío. Acariciarte, escribir con mi piel en los rincones de tu cuerpo, excitarte, erizar tu vello.
Sé que olvidas que me llamo Oscar en cada explosión de éxtasis. Síguelo olvidando, que cada pequeña muerte suceda a la anterior, como cada día da lugar a un nuevo mañana. Jamás te sentirás tan viva como después del silencioso estallido, de la reconfortante contracción que te hará olvidar tu cuerpo… precisamente porque no dejarás de sentirlo.
Aún recuerdo cuando empecé a recorrer tu cuerpo hace casi dos años, cuando me dí cuenta que la aventura más grande es la que he pasado en tus brazos y la nostalgia más insufrible ha sido la del recuerdo de tus jadeos. He amado a muchos y a muchas, todos una simple una imagen vista a través de las sábanas que comparto contigo. Mi deseo por ti me guía en cada sitio dónde aún no te he tocado. Cada día que paso sin palpar tu carne es un día de vida más, porque yo no vivo ni respiro ni envejezco no es contigo. Por eso, necesito poseerte todos los días del año, y lanzarme con los ojos cerrados hacia mi futuro o hacia dónde me lleven tus piernas y tus manos.
Susúrrame al oído lo que quieres que te haga…
Una propuesta de Sonia del Olmo y Katherine Uribe