—¡FIRMES! Soy el Sargento Brian Storming, vuestro instructor creativo. Obedeceréis mis órdenes, me daréis ideas sin rechistar y respetaréis a vuestros superiores. De momento, sois todos unos reclutas. No me importa quién seais, si sois jóvenes o viejos, si habéis tenido que pagar dinero para llegar hasta aquí o si tenéis un máster o teneis dieciocho, ¿está claro? Sois todos igual de malos y depende de vosotros destacar.
—SEÑOR, SÍ SEÑOR.
—¿Cuántos queréis destacar de verdad? ¡PASO AL FRENTE!
—Recluta, identífícate.
—Recludactor creativo Oscar Arenas Larios, de la trigésimonovena promoción de Infantería de Publicitarios de la UAB.
—¡No me jodas! En la UAB solo hay césped y maricones… Y tú no te pareces a un cacho de césped… ¿Por qué te has alistado, recluta?
—Señor, además de trabajar por mi país, quería trabajar EN mi país, no quiero tener que irme, señor.
—Todos dicen eso, recluta. Por ser tan poco original, me vas a escribir una carta de presentación en la que quede bien claro todo eso, ¿entendido, recluta?
—Señor ya lo he hecho…
—Pues entonces escribirás 25.
—Señor, con la de hoy ya llevo 26, señor.
—Pues entonces serán 365. Una cada día del año que dure tu adiestramiento. Cada día deberá ser distinta, para demostrar que sí sabes ser mínimamente original, que eres un auténtico redactor y no un respondón, y además, sabes cumplir órdenes creativas hasta dónde tus superiores te pidan. Al final del año, te quiero en mi despacho para que me cuentes qué has aprendido y espero que seas un poco más creativo en tus respuestas. ¿Entendido?
—Señor, sí señor.
—Y vosotros, reclutas, le propondréis un estilo para redactar sus cartas, porque no todo pueden ser ideas suyas. Eso sería demasiado fácil si realmente quiere destacar: proponedle estilos y él deberá escribir las cartas conforme a ellos.
—Señor, sí señor.
—Y ahora, a pensar. El Cabo os repartirá a cada uno un briefing. Quiero cinco ideas por persona antes de mediodía.
(una propuesta de David Del Blanco)